lunes, 18 de marzo de 2013

UN EJEMPLO DE VISIÓN


MI ESCUELA IDEAL: "EL PAVO" Y "KARMACA"

            
         En la anterior clase se ofreció una visión idílica de lo que sería una perfecta escuela inclusiva. Los alumnos y alumnas de primer curso de Magisterio recrearon una escuela en la que el alumnado esté incluido en el aula trabajando cooperativamente, con materiales adaptados, espacios, recursos,  etc. Pero también recalcó uno de los aspectos fundamentales del trabajo cooperativo, todos los miembros que componen el centro educativo han de trabajar juntos.
            No sólo basta con que los alumnos y alumnas de un colegio trabajen cooperativamente, sino que todos los miembros que componen un centro (consejo escolar, equipo directivo, profesorado, familias,…) aúnen fuerzas y, por ende, favorecer una educación donde los mayores beneficiados sean los discentes.
           
              La citación anterior de visión idílica hace referencia a lo que no es pero si puede llegar a ser, esto es, la participación y el compromiso de todos los componentes del centro educativo y, por tanto, una escuela donde todos sean incluidos. Empero, ¿esta visión idílica no es más que un mal planteamiento que viene arrastrando la educación española durante mucho tiempo? La mentalidad y el acomodamiento hacen de la praxis educativa un mero trámite de seis horas que han de pasar los docentes en el colegio.
         Además del compromiso de todas las partes del centro educativo, mencionaron la estructuración del mismo. Una estructuración del centro pensada para la inclusión, donde se atienden a las necesidades de los discentes: material adaptado, eliminación de barreras arquitectónicas o la colación circular de las mesas en el aula.

            Por otro lado, nos mostraron que en poco tiempo y trabajando cooperativamente se puede lograr un gran trabajo. La nueva perspectiva de las microtareas, objetivos y roles me ha ayudado a mejorar, trabajar y ayudar como equipo, como equipo cooperativo, en el que todos los miembros deben estar concordados para que se cumplan los objetivos marcados. Asimismo, la exposición de estos dos grupos me hizo darme cuenta de la dinámica a la hora de hacer los trabajos que se viene dando no sólo en la universidad, sino en la mayoría de centros educativos españoles, en los cuales se reúnen los miembros del equipo haciendo cada uno su parte y juntándolas, con lo que sólo aprendes la parte que has hecho.

             Por último y sin más dilación, estamos ante una vorágine de imágenes de la escuela tradicional, en lo que se refiere a las prácticas y algunas asignaturas de la Universidad, que están tirando por tierra la inclusión de todo el alumnado en el aula. Hay que cambiar de mentalidad si se quiere “tirar del carro”, con el fin de que la inclusión se lleve a cabo en todas las aulas, cosa que estos alumnos y alumnas de primer curso nos han mostrado.

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