MI ESCUELA IDEAL: "EL PAVO" Y "KARMACA"
En la anterior clase se ofreció una
visión idílica de lo que sería una perfecta escuela inclusiva. Los alumnos y
alumnas de primer curso de Magisterio recrearon una escuela en la que el
alumnado esté incluido en el aula trabajando cooperativamente, con materiales
adaptados, espacios, recursos, etc. Pero
también recalcó uno de los aspectos fundamentales del trabajo cooperativo,
todos los miembros que componen el centro educativo han de trabajar juntos.
No sólo basta con que los alumnos y
alumnas de un colegio trabajen cooperativamente, sino que todos los miembros
que componen un centro (consejo escolar, equipo directivo, profesorado,
familias,…) aúnen fuerzas y, por ende, favorecer una educación donde los
mayores beneficiados sean los discentes.
La citación anterior de visión
idílica hace referencia a lo que no es pero si puede llegar a ser, esto es, la
participación y el compromiso de todos los componentes del centro educativo y,
por tanto, una escuela donde todos sean incluidos. Empero, ¿esta visión idílica
no es más que un mal planteamiento que viene arrastrando la educación española
durante mucho tiempo? La mentalidad y el acomodamiento hacen de la praxis educativa
un mero trámite de seis horas que han de pasar los docentes en el colegio.
Además del compromiso de todas las
partes del centro educativo, mencionaron la estructuración del mismo. Una
estructuración del centro pensada para la inclusión, donde se atienden a las
necesidades de los discentes: material adaptado, eliminación de barreras
arquitectónicas o la colación circular de las mesas en el aula.
Por otro lado, nos mostraron que en
poco tiempo y trabajando cooperativamente se puede lograr un gran trabajo. La
nueva perspectiva de las microtareas, objetivos y roles me ha ayudado a
mejorar, trabajar y ayudar como equipo, como equipo cooperativo, en el que
todos los miembros deben estar concordados para que se cumplan los objetivos
marcados. Asimismo, la exposición de estos dos grupos me hizo darme cuenta de
la dinámica a la hora de hacer los trabajos que se viene dando no sólo en la universidad, sino en la mayoría de centros educativos españoles, en los cuales
se reúnen los miembros del equipo haciendo cada uno su parte y juntándolas, con
lo que sólo aprendes la parte que has hecho.
Por último y sin
más dilación, estamos ante una vorágine de imágenes de la escuela tradicional, en
lo que se refiere a las prácticas y algunas asignaturas de la Universidad, que están
tirando por tierra la inclusión de todo el alumnado en el aula. Hay que cambiar
de mentalidad si se quiere “tirar del carro”, con el fin de que la inclusión se
lleve a cabo en todas las aulas, cosa que estos alumnos y alumnas de primer
curso nos han mostrado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario