Al ser una asignatura totalmente
desconocida para nosotros, desde un primer momento hubo un cierto desconcierto
por parte de todos a la hora de trabajar. De ahí la necesidad de aceptar una
ayuda ejercida por otros compañeros del plan de estudios sobre el tema a
tratar: APRENDIZAJE COOPERATIVO.
Ciertamente es un tema
transversal que debemos abordar desde la escuela para conseguir la
transformación social. Por ende, es necesario que los docentes sepamos apreciar
la importancia que adquiere en nuestras aulas.
No se trata de calificar mediante
números (cosa que logra condicionar la autoestima en función de sus “capacidades”),
sino de apreciar el proceso por el cual todos aprenden de todos de una manera
cualitativa, garantizando el rendimiento y avance de todos los integrantes.
Pero además, supone un reto personal propuesto
y elegido de manera autónoma y voluntaria. De este modo, conseguimos una
mayor motivación por parte del alumnado, que tiene como fin el crecimiento personal.
Por otro lado, de manera indirecta
conseguimos formar alumnos críticos, libres de prejuicios y posibles
discriminaciones (pues se requiere de la participación de cada uno de los
integrantes a igual nivel), así como
libres de tomar sus propias decisiones.
Esto solo es posible con cierta
predisposición, por parte del docente, a trabajar así, siendo también necesario
el interés por la adquisición de conocimientos y la aplicación de los mismos.
Pues, si el maestro se encuentra desmotivado, actuará en consecuencia, a través
del repetido uso de libros obsoletos donde el alumno tome un papel pasivo en su
proceso de enseñanza-aprendizaje, sin tener en cuenta sus capacidades.
Por ello, personalmente creo que
es necesario un cambio en el
planteamiento de la educación. Debe ser el alumno quien tome el papel principal
de su proceso de enseñanza-aprendizaje, recreándose en escuelas al aire libre
donde se permita la realización de asambleas (tales como las que se llevan a
cabo en las aulas de Educación Infantil).
Así, podremos tener las aulas repartidas en tantas asignaturas existan,
de manera que se encuentren todas relacionadas tanto en su contenido como en su
planteamiento. Éste deberá consistir en la disposición de las mesas por grupos
de trabajo, donde se fomente la participación mediante guías de trabajo o
debates (dejando el libro de texto como un libro de consulta) sin caer en una competitividad insana.
Solo de esta manera, seremos capaces
de conseguir una transformación social donde el alumno sea competente a través
de una educación adaptada a sus capacidades y habilidades que garantice un continuo progreso en la
adquisición de conocimientos, procesos y estrategias. Y esto parte
fundamentalmente de la propia acción del docente, quien debe concebir a los
alumnos como un grupo de investigación, y a sí mismo, como un guía en su proceso
de enseñanza-aprendizaje.
Patricia.
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