El jueves 21 de marzo de 2013,
tuvimos la oportunidad de acudir a una conferencia de un gran profesor de
ciencias y psicopedagogo como es Tony Booth, famoso por su investigación sobre
la inclusión y la exclusión en las escuelas durante 30 años. E incluso
actualmente, a pesar de estar inactivo en el ámbito de la enseñanza, no ha
abandonado numerosos cursos e instituciones de las que se hace cargo.
Esta ponencia fue propuesta en el aula como
algo voluntario, a la cual decidí acudir, ya que dicho autor hablaría sobre
temas actuales muy relevantes que existen en las aulas y que en un futuro no
muy lejano tendremos que combatir. Además, desde el principio de la misma, ya existía
un ambiente cálido donde rebosaba la calidad del gran evento, mediante las
participaciones de otros profesores y profesoras, así como otros compañeros de
aula y plan de estudios. De esta manera, se demostró aquello que posteriormente
denominaríamos inclusión, dando un papel relevante a cada uno de los
participantes de la sala.
En un primer lugar, dejó muy
claro que la inclusión es un factor muy cercano a la escuela, ya que será desde
esta perspectiva sobre la que trabajará el docente. Será por ende, el encargado
de buscar una transformación social desde el ámbito educativo, el cual debe cambiar
muchos factores, para que todos y cada uno de nosotros formemos parte de esa
comunidad denominada escuela.
A partir de aquí se intentó
definir el término “inclusión”. Tony Booth insistió en varias ocasiones en la
manera de abordar la inclusión, puesto que debemos crear una definición que
tenga un sentido particular para cada una de las personas, ya que solo así
podremos incluirla en nuestras aulas al existir una verdadera implicación
sentimental. De ahí que citara una frase
de Wrigth Mills: “No permitas los temas tal cual se formulan oficialmente en
documentos gubernamentales”. No debemos buscar significados en textos fríos y
lejanos, sino que debe tener un sentido para ti y para los demás. Puesto que,
si esto no fuera así realmente carecería de un significado propio para cada
individuo, careciendo de una verdadera implicación que nos permitiera conseguir
el máximo progreso posible.
Normalmente el concepto de
inclusión se ha referido a niños, especialmente si éstos tienen algún impedimento.
En verdad ningún niño tiene impedimentos para ser excluido, sino que todo el
mundo posee ciertos factores que lo propician. Y sin embargo estos deben ser
apartados considerando a cada persona plena.
“Killing Thinking : Death of
University” de Mary Evans, nos ayuda a reflexionar sobre como las personas
siguen la manera de pensar propuesta por la filosofía del país, dejando de ser
libres. Este debe ser uno de los ideales que deben romper los docentes, ya que
debemos crear otros elementos que respalden a la diversidad, consiguiendo la aceptación
de todas las personas por igual.
El segundo punto a tratar fue la
realidad. En España, al igual que en otros muchos países, vemos como existen
numerosas migraciones que crean grandes fuerzas de exclusión. De ahí que
debamos pensar en la naturaleza de nuestra democracia, ya que muchos de
nosotros experimentamos una democracia reducida, cosa que ocurre a su vez en las escuelas. Por tanto,
vemos la estrecha relación entre la inclusión y la democracia. En dicha
relación, existen varios factores que influyen de cierta manera, como son los
factores medioambientales, dando forma a la educación. De este modo, debemos conocer nuestros
colegios, esforzándonos tal y como dice Edgar Marín, en descubrir la habilidad
de detectar las carencias, los casos de error, etc. para reforzar y mejorar
nuestro sistema. Cabe destacar que uno de estos factores propuestos, es la
eliminación de aquellos espacios donde solo hay cabida para la el orden,
dejando a un lado la imprecisión y la creatividad.
El tercer apartado tratado fue la
importancia de la comunidad en la inclusión. Los docentes tenemos que ver
nuestras escuelas, como un lugar para crear comunidades donde los padres formen
parte, al igual que cualquier miembro propio del centro, sintiéndose participes
de ello. En verdad, según Tony Booth, la escuela tomaría un lugar humilde en el
proceso de enseñanza aprendizaje puesto que es solo una pequeña parte de
nuestra educación en comparación con la comunidad.
El cuarto punto que se abarcó, fue la
importancia de los valores que se deben trabajar con los alumnos en la escuela.
Antes de ello, el conferenciante nos citó un problema ocurrido en Inglaterra
(muy abundante en el ámbito educativo), sobre la carencia de motivación. Muchos de los docentes se
alejan de la verdadera vocación que conlleva esta profesión. Personalmente opino que esto no debe ocurrir,
puesto que ese sentimiento es focalizado en el alumno, quien lo percibe,
perjudicando de una manera directa o indirecta el rendimiento y desarrollo de
su proceso de enseñanza aprendizaje. Si esto ocurriera, lo mejor sería
plantearse si verdaderamente es feliz con lo que hace, y de no ser así
abandonar la profesión o mejorar su calidad de enseñanza mediante cursos de
reciclaje.
En cuanto a los valores, Tony
Booth remarcó dos principales que personalmente comparto: valorar de forma
igual a todos, y ofrecer a todos una buena educación en su comunidad. Para
explicar los valores que componen la inclusión, formó un universo de estos a
través de la formulación de la siguiente pregunta ¿Cómo debemos vivir juntos?.
En este universo, quiero destacar aquellos que me han parecido más relevantes o
más interesantes para aplicarlos en el aula:
- - Derechos: cada persona es libre, siempre y cuando no sobrepase la libertad de los demás. De ahí que si existe este valor, existirá de manera indirecta la igualdad, proporcionando un mismo estatus a cada uno de los integrantes.
- - Confianza: si todos los miembros se sienten seguros de sí mismos, se evitarán los complejos que originan la exclusión social, viéndose capaces de realizar cualquier tarea y/o meta propuesta en el aula. Así conseguiremos unos alumnos, que a su vez tengan coraje para enfrentarse a cualquier situación.
- - Alegría: no es igual trabajar manteniendo una postura seria y fría que alegre y cercana, puesto que nuestro ánimo repercute en el de nuestros alumnos. Si somos capaces de alejar nuestros problemas y mantener siempre un estado de ánimo alegre, conseguiremos crear un ambiente que mejore el proceso de enseñanza aprendizaje aumentando el rendimiento de nuestros alumnos.
- - Respeto a la diversidad: cada persona es única y plena, de ahí que debamos mostrar respeto a cada uno de los integrantes de la comunidad, con sus virtudes y carencias.
Sin embargo
nos encontramos ante un problema en el ámbito educativo, y es que éste se
acerca más a un marco excluyente, donde cambiamos la participación por el
consumo, la igualdad por la jerarquía y así hasta aparecer la imagen,
monocultura, explotación, el interés propio, el incentivo o castigo, etc.
En el quinto
apartado se habló sobre la acción, o lo que es lo mismo, la forma de llevar a
la práctica los valores inclusivos. Éstos deben tener un impacto día a día,
puesto que sin son meras palabras el marco inclusivo no sirve para nada. En
este campo Booth nos relató algunos ejemplos (la relación con las familias, el
recibimiento de los alumnos absentistas…) donde a través del cambio de algunos
factores del aula, se consiguió mejorar la educación e inclusión de los alumnos
y alumnas del centro educativo.
En este
apartado, me pareció muy enriquecedora la insistencia sobre la importancia que
tienen los padres y los abuelos en la educación de los más pequeños, puesto que
tienen mucho que enseñar y en muchas ocasiones pasan a un segundo plano,
menospreciando la calidad de sus conocimientos y vivencias.
El sexto y penúltimo
apartado tratado, a pesar de su brevedad, dejó claro que está presente en cada
uno de los puntos anteriormente mencionados y descritos. Sin embargo recalcó
una idea suya propia, que consiste en la reunión y suma de mentes de los
participantes de la comunidad educativa, para engrandecer el proceso de
enseñanza aprendizaje. De ahí la importancia de las alianzas para el desarrollo
inclusivo.
En el último
apartado, se trató un plan de estudios propuesto por Tony Booth en la ponencia,
que deberíamos llevar a cabo los docentes para trabajar la educación inclusiva
en nuestras aulas. El actual curriculum
sigue vigente desde su creación en el siglo XIX, alejando el aprendizaje de la
experiencia, entendiendo las materias cerradas donde se valora únicamente la
adquisición de conocimientos.
El curriculum inclusivo busca la cercanía
de las materias con la vida real, manteniendo firmemente la relación que
guardan entre sí. De esta manera propondríamos un plan de estudios mucho más
cercano a nuestros alumnos, incidiendo en los intereses y motivaciones de los
mismos.
Para
finalizar, debo exponer que ha sido una experiencia muy enriquecedora en mi
formación como docente, puesto que ha ampliado mis horizontes y expectativas en
cuanto a mis ideales sobre la transformación social y mi papel en el aula.
Para conseguir
el objetivo que tengo marcado a nivel personal, debo entender la educación
inclusiva como un pilar fundamental sobre mi método y mis estrategias
educativas. A su vez, ha conseguido revivir ciertas ideas que nos han machacado
de una manera firme y dura durante nuestra formación académica, viendo que esto
es posible si todos y cada uno de nosotros mantenemos nuestros ideales y los
defendemos para poder llevarlos a cabo.
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