El día 18 de jueves finalizó
nuestro proyecto basado en un mapa conceptual a cuatro bandas. Este proyecto o
tarea, se realizó a partir de la lectura de unos textos en los equipos base, que
posteriormente deberían poner sus ideas en un mapa conceptual que deberían
exponer al resto de la clase. Para ello, se desmembrarían los grupos base
formándose grupos de expertos, donde ninguno de ellos fuera compañero de equipo
puesto que así observaríamos la gran diversidad de pensamiento y razonamiento
lógico, que nos enriquece enormemente nuestro conocimiento.
Con este grupo de expertos,
elaboramos un nuevo mapa conceptual (o incluso en algunos casos, como en el mío,
se llegó a un consenso donde se partió de un mapa conceptual que se iría
ampliando con anotaciones y/u observaciones de los demás compañeros) que se
debería exponer en los equipos base del principio. Así conseguiríamos cuatro
mapas conceptuales que se superpondrán en uno, consiguiendo aquel mucho más
completo que al principio.
Esta tarea, en mi opinión, ha
sido muy enriquecedora puesto que me ha dejado apreciar puntos de vista, ideas
e incluso opiniones a las que hasta ahora no había parado a reflexionar. Así
pues, de manera inconsciente nosotros los alumnos hemos constituido un
todo en el que si uno falta ya no nos lo
podríamos considerar y además, por si fuera poco, hemos trabajado bajo uno de
los principios de la inclusión: considerar la heterogeneidad como principio de
aprendizaje.
Anteriormente a esta actividad,
tuvimos la oportunidad de observar uno de los proyectos finales de nuestros
compañeros de primer curso. Éste consistía en un reportaje a uno de los
colegios que nosotros, futuros docentes inclusivos, debemos tener como
referente en nuestra metodología de trabajo.
Este centro público, que ofrece
las mismas posibilidades de acceso a todos/as, está fundado bajo un plan
integrador donde todos los componentes de la comunidad educativa ejercen un
papel imprescindible en el proceso de enseñanza-aprendizaje, formando un TODO. Esto quedó reflejado en las numerosas
entrevistas que pudimos ver, donde por ejemplo, me sorprendió comprobar que una
de las personas a las que yo inicialmente había considerado docente, debido a
los enormes conocimientos que poseía sobre dicho colegio, era en verdad una
madre.
Es ahí donde se demuestra su gran
implicación y dedicación, trabajando por proyectos donde es el alumno quien
toma verdaderamente las riendas de su proceso de enseñanza-aprendizaje. Y no
sólo eso, sino también su coraje y valentía por defender un plan de educación
propio, que tiene como fin el desarrollo de seres con pensamiento crítico y
libre pensamiento, ante una política homogeneizadora que desea firmemente crear
“clones” que desempeñen tres cualidades: tolerancia a la frustración,
obediencia, y que compartan el mismo pensamiento (con el fin de buscar un ser
capaz de obedecer sin revelarse una política, que en muchas ocasiones, se
encuentre en contra de sus libertades, derechos e incluso principios).
Por tanto, y sin más dilación
quiero decir que deberíamos plantearnos seriamente las futuras generaciones de
docentes el ideal de escuela que queremos llevar a cabo, pues como comprobamos,
si luchamos podremos conseguirlo.
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